Feliz cumple Camilo!

¿Recuerdas? Todo era una combinación azul, verde, celeste y el mundo se movía cuando los colores cambiaban su posición.

El plan era que podríamos con todo. Con las lenguas filosas y las armas destructivas. Todo era posible porque teníamos el amor de nuestro lado, la espalda cubierta, la mirada firme, llana y sincera.

Las armas filosas y las lenguas destructivas hicieron un buen trabajo. Hace unas horas, estaba frente a mi todo el azul, el verde y el celeste derrotado frente a mi derrota. No vino a la cita siquiera el trajecito negro o el pañuelo fucsia. Un azul desteñido hasta un gris sin alma, apenas si dijo presente para hacer realidad una vez más el poder de las armas sobre esta tierra.

El apuro no me dio tiempo a vestirme mejor o intentarlo para que sonrías por el esfuerzo o por mi cara de mono triste tras las rejas de un final de cárcel, de barrote rugoso y frío.

Perdimos. Siempre perdimos tal vez.

El amor se quedó en el número cinco de la calle de Madrid que amaba a dios, no alcanzó ni para el acto final de un beso.

Las puertas de los cielos estuvieron cerradas esta primavera y sospecho que no voy a encontrar el verano, ni siquiera intenté la compra de un estúpido boleto de avión hacia él.

Esto está invadido por un frío que empaña todas las ventanas y envejece las fotos, les borra la sonrisa y la elegancia, las perfuma de viejo, de vino rancio en copa sola.

Me quedé con el silencio y sin soldados en esta trinchera, buscando el olor de nuestro tiempo en los placares, en los viejos regalos y en una fiesta de cumpleaños en la plaza Santo Spirito, cerca de donde Miguel Ángel pecaba diseccionando muertos.

La soledad viene de a cientos de años y dedicada especialmente: En este año tremendamente surrealista te regalo el mundo y la fantasía del Gabo.

Que estas páginas exalten tus significados y tornen en aventuras todas tus sensaciones. Te amo siempre ¡Feliz día!